El nuevo presidente electo de Chile, Gabriel Boric no solo es el más joven en desempeñar ese cargo en el país, también es el primer presidente visiblemente tatuado en la historia de América Latina.
El exdirigente lleva en el antebrazo de la mano derecha un faro iluminado por unas estrellas en homenaje a la región de Magallanes entre las olas al estilo de la famosa obra estampa del pintor especialista en ukiyoe Katsushika Hokusai “La gran ola de Kanagawa” y unas nubes casi parecidas a “La noche estrellada” del postimpresionista Vicent Van Gogh. El cual fue descrito por él su página de Instagram: “Un faro magallánico solitario entre los tempestuosos y misteriosas mares de la Patagonia austral. Ahí voy a vivir algún día, por mientras él vive conmigo”, realizado por la tatuadora chilena Numbel Gongora.
Y en su mano izquierda llega una línea negra y más abajo un relieve de montañas que tiene mucho que ver con pasión que tiene por la naturaleza. Boric quien nació en 1986 en la región austral de Magallanes, en el seno de una familia croata con un profundo interés social es el presidente más votado de la historia de Chile.
A los 14 años, comenzó a participar en la Federación de Estudiantes Secundarios posterior a los 18 años se trasladó a Santiago a estudiar derecho en la Universidad de Chile donde se convirtió en el presidente de la FECH, un organismo estudiantil que jugo una pieza fundamental en la revolución de 2011, quien exigía educación gratuita, universal y de calidad.
Fue diputado de Chile quien se distinguió por cumplir con el código de vestimenta e impulsar sorprendentes proyectos, entre ella la iniciativa para disminuir el sueldo de los parlamentarios.
