Una nueva masacre se registró la noche del domingo en la cárcel de El Porvenir, Francisco Morazán, con la muerte de al menos 18 reos y varios heridos tras una reyerta entre presuntas bandas.
Información preliminar dada a conocer por la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) detalla que se trata de enfrentamientos entre organizaciones criminales y delictivas que operan en las prisiones.
El hecho violento se da a pocas horas de la masacre en el centro carcelario de Tela, donde al menos 20 privados de libertad murieron en las mismas condiciones.
Tras la inspección de militares y policías se encontró una caleta con armas.
Algunos expertos en seguridad han señalado que la crisis en el sistema penitenciario es responsabilidad de los militares que hace más de un año tomaron el control de las prisiones con una intervención anunciada en los medios de comunicación.
Al respecto, indicaron que el nombramiento oficial y bajo decreto Ejecutivo de los mandos militares el pasado 17 de diciembre ha desencadenado la ola de muerte que estaría ligada a intereses oscuros.
Asesinatos como el de Nery López, mejor conocido como Magdaleno Fúnez, creador de las narcolibretas que vinculan al presidente Juan Orlando Hernández en el trasiego de drogas no ha sido esclarecido y sus autores intelectuales se encuentran en el anonimato.
Se estima que durante el 2019 en las cárceles de Honduras se registraron más de 30 crímenes sangrientos, sin incluir a los centros de detención de menores infractores.
La ola criminal no solo fue un problema de las prisiones de adultos, reyertas en los centros de menores también enlutaron a las familias, mientras las autoridades no han resuelto una problemática que cada se intensifica.
