El protocolo se rige por la precedencia, es decir, por el lugar que le corresponde a cada persona de acuerdo a su cargo o una institución o país de acuerdo a su importancia. Este protocolo lo podemos ver aplicado en los desfiles de presidentes y la ubicación de ellos en actos internacionales.
Un aspecto importante en estos actos es la ubicación de los símbolos representativos de las naciones, por ejemplo sus banderas. Nadie se imaginaría que tienen reglas para colocar banderas cuando se organiza un acto con otras naciones. Pues si, la ubicación de las banderas tiene un sentido lógico y orden, puesto que cada nación tiene importancia y relevancia, no debe ser mancillado un símbolo patrio.
La precedencia rige los actos, como normas básicas que ya se establecen internacionalmente que permiten ubicar al anfitrión y sus invitados en el lugar que corresponde por su relevancia.
En un acto reciente de llegada de marines norteamericanos, circula la imagen donde se utiliza la Bandera de Honduras y la de Estados Unidos en un orden errado. En una acción irrespetuosa, la bandera hondureña no es representada como manda el uso de la Bandera Nacional.
Por protocolo, la ley de la derecha es una regla aplicada en actos donde la primacía está siempre hacia la derecha, es decir el más importante se apuesta a la derecha. Según las normas de uso de la Bandera Nacional, cuando esta desfila en compañía de otra Bandera Extranjera o de sociedades, debe ir siempre a la derecha de su acompañante.
El acto militar donde Juan Orlando Hernández recibió a marines de guerra norteamericana en territorio nacional, no es solamente un acto reprochable para la soberanía nacional sino también una ofensa a nuestro símbolo patrio.
La Bandera de Honduras no solamente desfiló del lado incorrecto sino que también desfiló con una clara disminución de su tamaño comparada a la bandera norteamericana y con terminaciones decorativas que no son propias para un acto de esta naturaleza.
Los detalles hacen la diferencia y este detalle hace una inmensa diferencia sobre el lugar que le corresponde a una patria “soberana” y supuestamente “independiente”.
