La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que no ha encontrado ningún tipo de vínculo entre la formación de trombosis y la vacuna contra el covid-19 de la biofarmaceutica británica AstraZeneca.
La conclusión se dio debido a una exhaustiva revisión científica de la información disponible, del Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la OMS, el cual concluyó que la vacuna sigue teniendo un perfil beneficio-riesgo-positivo con un enorme potencial para prevenir infecciones y reducir las muertes.
Las dudas sobre la veracidad del fármaco surgen ante la aparición de coágulos o trombos y sangrado en un pequeño número de personas vacunadas en países de Europa.
La noticia provocó que mas de una decena de países suspendieran parcial o totalmente el uso de la vacuna, hasta que se realice la investigación necesaria.
Noruega presentó cuatro casos serios en trabajadoras de la salud menores de 50 años que fueron vacunadas, la mayoría presentó trombos o anormalidades de sangrado y presentaron bajo conteo de plaquetas, dos de ellos murieron de hemorragias cerebrales y las otras dos solo fueron hospitalizadas.
En cambio en Dinamarca se dio la muerte de un hombre de 60 años y de 57 años en Italia.
La trombosis es un coágulo sanguíneo es un amasijo espeso de sangre que puede bloquear la circulación. Se forman en respuesta a lesiones y también puede ser resultado de muchas enfermedades, entre ellas cáncer y desórdenes genéticos así como ciertos fármacos, la postración prolongada y estar sentado mucho tiempo. Los trombos que se forman en las piernas a veces pueden desplazarse a los pulmones o, en raras ocasiones, al cerebro, donde pueden resultar fatales.
Los coágulos sanguíneos son comunes en la población en general y las autoridades de salud sospechan que los casos reportaron en las personas vacunadas probablemente sean coincidencias y no estén relacionados con la inmunización.