Conferencia Episcopal: “La lacra del narcotrafico” es sostenido por hombres sin escrúpulos

Google+ Pinterest LinkedIn Tumblr +

Tegucigalpa, Honduras. Mediante un comunicado La Conferencia Episcopal de Honduras emitió su postura acerca de los últimos señalamientos al mandatario Juan Orlando Hernández en el marco del juicio de su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández quien ha sido señalado como narcotraficante.

A su vez señala que las instituciones no se han preocupado por atender las necesidades del pueblo, responsabiliza a los políticos de lo que están pasando en el país por haber pactado con el crimen organizado.

Así detalla el comunicado de La Conferencia Episcopal:

Al celebrar en este mes de Octubre el “Mes Misionero Extraordinario”, evocamos la vocación de la Iglesia como enviada a anunciar el Evangelio de la Vida y, como nos recuerda el Documento de Aparecida, “… la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar transparentar esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo”, (DA 361).

Evangelizar no es sólo anunciar gozosamente la alegría del Evangelio, es decir, anunciar a Cristo mismo, sino, como consecuencia lógica, denunciar todo aquello que niega la vida, que obstaculiza el desarrollo personal y comunitario.

Esto tiene profundas y serias repercusiones sociales y políticas, frente a las cuales los Obispos, como pastores no podemos quedarnos indiferentes:

  1. Con profundo dolor constatamos cómo “la lacra del narcotráfico”, como le ha llamado el Papa Francisco, “que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por hombres sin escrúpulos”, es una realidad que ha permeado las instituciones de nuestro país y que, como consecuencia, ha derivado en un deterioro acelerado de la imagen de nuestra patria en el concurso de las naciones.
  2. Nada de lo que el narcotráfico ha logrado en nuestro país, podría haberse alcanzado sin la colusión de los órganos que, por razón de su ser, estaban llamados a defender la vida y proporcionar seguridad a todos.

Debemos admitir que en mucho de esto son culpables los políticos que han pactado con el crimen organizado, olvidando que la ética les obligaba ante todo a velar por el bien común y no por el beneficio personal o los de su grupo.

  1. Por otra parte, la vida también es amenazada cuando las instituciones no se ocupan por atender las necesidades fundamentales del pueblo. Nuestra política vernácula se ha caracterizado por la costumbre de ignorar directamente al pueblo, hablar en su nombre y terminar haciendo pactos que en nada benefician al mismo pueblo. Ejemplo de ello es cuando, históricamente, las instituciones han estado al servicio de un caudillo y no de una democracia participativa fundada en la ley.
  2. Con dolor y pena contemplamos el viacrucis de tantos hermanos migrantes. Duele reconocer que lo que más exporta Honduras son seres humanos movidos por la esperanza de una mejor vida y más segura. Una esperanza que se frustra en quienes no logran alcanzar su meta y, más aún, en los 87,337 compatriotas deportados en lo que va del presente año 20109.

Queremos insistir en la necesidad de organizar la Pastoral de Movilidad Humana en cada parroquia y en todas nuestras Diócesis. No sólo para ayudar a quienes se ven obligados a emigrar, sino para defender el derecho humano a no verse obligados a hacerlo.

  1. Lamentamos profundamente que estando a punto de entrar en vigencia el nuevo Código Penal, se haya hecho caso omiso a los reclamos de muchísimas instituciones del país, a las que también nos sumamos nosotros, para que la entrada en vigencia del mismo no se lleve a cabo.

Es urgente que, junto a toda la ciudadanía, la clase política, empresarial, académica, colegios profesionales, campesinos y obreros, llevemos adelante un proceso de transformación del país que tenga como norte el Bien Común y su mayor beneficio que es la paz. Esta tarea demanda una seria revisión de los valores, sobre todo los valores morales, de las actitudes y de los actores que tengan la mejor disponibilidad para servir con transparencia, fidelidad en el cumplimiento de la ley, luchadores por establecer la justicia; una justicia que permita edificar un país con equidad y nos ayude a superar esta página tan dolorosa de la historia patria, empañada por el peso del narcotráfico, la corrupción, la impunidad y el abuso del poder.

Por eso, hacemos un fuerte llamado a la conciencia de todos los actores involucrados, directa e indirectamente en la presente crisis, para que revisen el valor del sano patriotismo, que debe estar por encima de cualquier interés personal, apego al cargo o intereses de partido.

A pesar de todas estas situaciones de muerte, nuestra fe en Jesucristo que ha vencido a la muerte, ha de mantener viva en nosotros la esperanza, venciendo la tentación de frustración, para creer que un cambio es posible, siempre y cuando cada uno cumpla con la tarea que le corresponde, exigiendo de manera firme y decidida que las instituciones y las personas que las rectoran también lo hagan.

Pidamos a Dios nuestro Señor, por intercesión de Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de Honduras, que nos ilumine y nos dé fuerza para cuidar, respetar y promover la vida; la vida que Él nos permite compartir como hermanos, en esta patria que debemos asumir como nuestra, porque su presente y su futuro es responsabilidad de todos.

 

Share.

Leave A Reply